Meditaciones para nuestros tiempos – 12

4 Nov 2023

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20 de Junio 2020

En su última meditación, Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa, comparte una enseñanza sobre los guardianes. 

Utilizo nuevamente esta oportunidad para compartir un poco de mis conocimientos sobre budismo.

El tema del día podría ser el hecho de proteger o de ser un guardián.

No estoy seguro, pero me parece que el budismo permite abordar prácticamente cualquier tema desde cualquier ángulo. El budismo es por ello útil para comenzar una conversación, lo que no significa que sea su única utilidad, ¡por supuesto!

Una de las razones de esto es que el budismo no tiene verdaderamente ningún tema prohibido o considerado provocador, incluso si este tipo de tabúes parecen existir debido a diversos factores culturales.

En algunos países búdicos, por ejemplo, se evita hablar de la muerte por superstición o porque ello se considera una blasfemia.

A veces, cuanto más provocativo es el tema más tiene para aportar el budismo. De hecho, incluso si el tema abordado puede ser tabú, el budismo tiene a menudo la cualidad de no dejar que la conversación se vuelva incómoda.

Si dejas a un budista entusiasta y apasionado unirse a la conversación, verás que de hecho el budismo puede dar sentido y vida a la discusión prohibida anteriormente.

Un humor-único- que completará la conversación y la terminará sin incomodidad.

Ahora, al igual que la noción del tiempo, la noción de un “guardián”, la imagen de un protector – sea o no visualizada bajo la forma de una persona – es un concepto profundamente arraigado en nosotros desde que comenzamos a pensar.

Sin entrar en debates interminables sobre quién o qué es un guardián, y con las preguntas relacionadas sobre el por qué, el cuándo y el cómo, quizás es más simple profundizar directamente en la perspectiva búdica de esta noción de guardián.

Los guardianes de las cuatro o diez direcciones representan una dimensión del budismo al mismo tiempo metafísica y práctica.

La perspectiva práctica puede parecer sorprendente porque el budismo es a menudo considerado como nihilista debido al gran énfasis que pone en la vacuidad; la noción de “guardián” aparece por tanto como un tema contradictorio a presentar.

¿Por qué hablamos de guardar algo si todo es vacío?

En realidad, para satisfacer a aquellos que tienen la costumbre de pensar que todo es presente y real, el budismo está de acuerdo con ellos aceptando la idea de que existen entidades de protección.

[La perspective] [La perspectiva] es también metafísica porque paralelamente a la perspectiva práctica, los budistas saben muy bien que aceptar y adoptar la idea de entidades protectoras crea una apertura para presentar la vacuidad a aquellos que están bloqueados en sus costumbres de realidad- aquellos que creen firmemente que todo es real y que hay algo que guardar.

Y la manera en la que se introduce es en forma de preguntas, como:

¿Quién protege a los guardianes?

Si hay protectores para los guardianes, ¿quién les protege a ellos?

¿Qué protegen los guardianes?

Estas preguntas tienen la intención de resaltar la falacia de obstinarse a que hay algo que salvar.

En otras palabras, la habilidad del método metafísico consiste en tener una pequeña visión del milagro de la vacuidad, en lugar de verla como aterradora.

Un médico, por ejemplo, es una forma de protector.

El propósito o la función obvia de un médico es la guardar a sus pacientes en vida.

Pero si creemos obstinadamente que permanecer vivos indefinidamente y no morir nunca es real, en otras palabras, que la inmortalidad es real, entonces el médico se vuelve obsoleto. Porque esto no es posible.

Podríamos preguntarnos en este sentido, ¿por qué tratar de curar? ¿Por qué intentar proteger? Porque parece que no puede hacerse.

Pues bien, curiosamente, la concepción búdica es que podemos intentar proteger – si aceptamos que no puede hacerse, es decir, que se trata tan solo de reconfortar al paciente y de evitar que se preocupe demasiado.

Es como una madre bondadosa y hambrienta que intenta calmar a su hijo también hambriento, asegurándole que los alimentos llegarán en abundancia al día siguiente y describiéndole la manera en la que los disfrutarán, incluso sabiendo que no hay certitud alguna de que sea así.

De una manera o de otra, gracias a esta piadosa mentira, puede consolar a su hijo y hacerle dormir.

No tomarse esto literalmente, se trata tan solo de una analogía.

En otras palabras, los guardianes, los tratamientos, las protecciones, las redes de seguridad, son únicamente meditas temporales – ཐབས་ tap en tibetano, upaya en sánscrito y generalmente traducido como “medios hábiles”.

Un medio hábil no es forzosamente un medio para llegar a algún sitio, como si se tratara de un destino al que ir, sino más bien una manera de liberar la experiencia presente de preocupaciones.

Tomar demasiado literalmente el término “medios hábiles” y comprenderlos como medios para ir a algún lado verdaderamente crea una presión, como si debiéramos adherirnos a esa piadosa mentira para siempre.

Mientras que, si nos relacionamos menos literalmente con él, llegamos a un punto ideal y comprendemos que se trata simplemente de una manera de liberar el momento presente de la inquietud o de la ansiedad.

Es así como los budas y los bodhisattvas aparecen bajo miles de formas para proteger a los seres sensibles.

Al principio, no niegan las creencias de los seres sensibles, incluso si estas creencias no tienen esencia alguna.

Al mismo tiempo, un acto de los Budas y de los Bodhisattvas genera suficientes dudas en aquellos que sostienen firmemente sus creencias al hacerles preguntas, como si no conocieran las respuestas, dejando a los seres sensibles llegar a las respuestas por ellos mismos.

Finalmente, cuando los seres sensibles acaban por encontrar las respuestas, ya no necesitan protección.

Y los Budas, simplemente desaparecen.

Es decir, no reivindican sus méritos.

Karmapa, comparte una enseñanza sobre los guardianes.

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