Meditaciones para nuestros tiempos – 18

4 Nov 2023

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El 31 de agosto de 2020

Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa, continúa respondiendo a las preguntas de sus estudiantes, esta vez sobre la comprensión adecuada en lo que respecta a las “formas” coloreadas y a las visualizaciones elaboradas que encontramos en el Vajrayana

Si estas “formas” coloreadas tienen un propósito, lo considero similar a un juego de niños, de la manera más auténtica y respetuosa posible.

Los niños hacen todo tipo de cosas que no tienen ningún sentido para los adultos.

Hacen caras divertidas.

Corren y se arrastran a cuatro patas como animales salvajes.

Lanzan gritos estridentes que desafían toda imitación.

Como adultos, no importa cuán nobles o sofisticados pensemos que somos, en el fondo, sentimos curiosidad por los niños, como si fueran una especie de extraterrestres.

Tenemos curiosidad por saber cómo estos pequeños seres pueden ser así.

Tras nuestros comportamientos reprimidos, nos gustaría seguir el camino de los niños.

Pero no nos atrevemos. ¡¡No no!!

Pensamos que eso sería ridículo.

Sería vergonzoso.

Perderíamos nuestra dignidad y nuestra divinidad. ¡Qué pueril por nuestra parte !

Es cierto, cuidar los sentimientos de los demás es una disciplina, como un código para los bodhisattvas. Los bodhisattvas respetan la sociedad. Por eso, en general, los bodhisattvas se comportan de manera humilde en sociedad.

Es importante no malinterpretar este punto entendiendo que los bodhisattvas reprimen de alguna manera sus sentimientos. Ven que no hay nada inherente que reprimir, por lo que no se trata de que se sientan avergonzados si se expresaran abiertamente. Pero por otro lado, se comportan con respeto y humildad para cuidar a quienes pueden albergar tales nociones e inhibiciones.

Sin embargo, consigo mismos, no tienen ninguna necesidad de restringirse.

Quizás el beneficio de la práctica del budismo es que los métodos de todos los yanas tienen la cualidad de liberarnos a nosotros mismos para volvernos infantiles.

Ese es el propósito de estas prácticas, sin un objetivo fijo.

De ahí que, sean o no multicolores estos métodos coloreados, para mí son interesantes.

No hay metas fijas para entrar en contacto con lo Divino, como los Budas, a través de medios místicos.

Tales medios ni siquiera son místicos; son simplemente medios lúdicos, infantiles si lo prefieren, para dejar ir nuestro apego egocéntrico.

Basta con mirar lo que hacen los árboles y las nubes: no se puede atribuir un propósito a su juego.

Eso es lo que ven los verdaderos meditadores.

Los consideran como pautas.

No debemos preocuparnos de perder nuestra esencia budista si nos abrimos a nosotros mismos.

Las experiencias aparentemente agradables no son metas a las que aferrarse.

Ningún niño hace eso.

[Les enfants] Parece que disfrutan de una cosa y un momento después pasan a otra cosa.

Incluso si tenemos la impresión de tener una idea sobre lo que les gusta experimentar, esa idea no se puede reutilizar realmente para complacerlos, porque no dependen de esas experiencias agradables como si fueran un objetivo establecido.

Palacios de luz: ¿no es interesante un punto de vista así?

Los palacios hechos de arena, o más bien, los “palacios de arena”, no los “hechos de arena”, son verdaderos palacios de luz.

Son tan brillantes y resplandecientes como pueden serlo.

Luminosos y holográficos, no se pueden captar.

Sin embargo, si los atrapa, se desvanecen en dunas en miniatura.

Así son exactamente estas visualizaciones y estos métodos: no se pueden tocar, aunque parezcan atrapables.

Es la razón por la que en función de la manera en la que practicamos, guiando suavemente la arena para darle formas, sin patrones fijos, dejándola asentarse en la forma que adopte, y luego dejando que esas formas sean.

Practicar estos métodos desde la comodidad de nuestro hogar o en nuestras cuevas literales o simbólicas.

Cuevas excavadas por esta pandemia, por así decirlo.

Fronteras que no tienen límites reales.

Meditamos, nos sincronizamos con el flujo de nuestro karma tal y como fluyen el día y la noche.

A medida que pasan las horas, los minutos y los segundos.

Para ver cuán creativos o fluidos podemos volvernos.

Sin preocuparnos por salvar a los demás y a nosotros mismos, pero salvándolos de todos modos, no salvándolos como una meta fija y sólida.

Quizás esta sea la forma en la que usted y yo podamos comprender estos medios coloreados.

 

En lo que respecta a las visualizaciones en el Vajrayana.

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