Meditaciones para nuestros tiempos – 8

3 Nov 2023

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07 Mayo 2020

Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa comparte la siguiente meditación la víspera de Vesak 2020.

སྨོན་ལམ། (smon lam) – Monlam, aspiración.

Cuando se trata de convertirse en un Buda, cuando se trata de florecer como un Buda, la aspiración es una forma hermosa de sembrar este estado despierto.

Ser un Buda significa estar despierto.

Para ser más precisos, podemos dividir este método o vehículo de aspiración en dos partes que pueden entenderse de la siguiente manera:
La primera parte es སྨོན་ལམ། (smon lam), monlam. Monlam es un término tibetano que significa aspiración, praṇidhāna en sánscrito.
La segunda parte es བསྔོ་བ། (bsngo ba), ngowa. Ngowa es un término tibetano que significa dedicación, pariṇāma en sánscrito.

Monlam es como la inspiración y ngowa es como la espiración.

De la misma manera que la respiración, se trata de algo muy natural.

Este camino se conoce como el hecho de convertirse en un bodhisattva, un hijo del Despierto, sin tomárselo, por supuesto, al pie de la letra.

En este momento, probablemente estamos soñando.

Este estado de ser humano es un sueño equilibrado.

Porque no estamos en éxtasis.

Un ser en un estado superior, un ser divino, se encuentra en un estado de éxtasis constante de manera que no puede ver la realidad (como quien vive en una vida de lujo).

Un ser en estado inferior, un ser atormentado, se encuentra en un estado constante de agonía en el que tampoco puede ver la realidad (como quien vive una vida en la pobreza).

El lujo y la miseria son tan solo dos ejemplos relativos.

Un estado humano es aquel que se conoce como un estado intermediario donde nos encontramos en el momento del despertar.

Soñamos todavía en términos de “tú” y “yo”.

Pero de vez en cuando dudamos, cuestionándonos en parte quién es este “tu” y quién es este “yo” o si estamos soñando.
Una corriente de curiosidad nos empuja a verificar.

La aparición del nacimiento, de la muerte y de varios estados de cambios son las señales de nuestra curiosidad que nos conduce a dudar de si realmente estamos aquí o no. .

El nacimiento humano no puede ser ideal para el placer, pero es ideal para despertar. Esta pizca de curiosidad es un terreno perfecto y fértil para sembrar la semilla del despertar

Esta pizca de curiosidad es un terreno perfecto y fértil para sembrar la semilla del despertar.

Esto no se hace imponiendo algo a la condición humana sino dejando saber que no hay problema en dudar si estamos soñando o no.

Y dando a entender que el despertar no es en absoluto aterrador.

Un guía espiritual puede hacerlo por nosotros, o podemos empujarnos a ir un poco más lejos de nuestra norma habitual que consiste en contentarnos con este sueño.

Al mismo tiempo, tenemos un don o un instinto de querer siempre ser diferentes de la norma o de los demás, querer destacar como por ejemplo en el mundo de la moda. No deberíamos luchar en este caso contra este hábito de querer ser diferentes, sino que deberíamos aceptarlo.

Si queremos realmente ser diferentes y hacer algo fuera de lo común, es de lo más interesante lanzarse en la aventura del despertar.

Esto es lo que en realidad dicen los Budas.

Volvamos al presente, a la semilla del despertar (el estado de Buda): contentarse con soñar este sueño humano está bien, pero tarde o temprano, este sueño seguirá un ciclo y no existe ninguna garantía real de que el círculo quede cerrado y de que volvamos de nuevo en este estado humano.

Es la razón por la cual despertarse es sensato.

Una vez despiertos, podemos osar soñar todo aquello que deseemos.

Cuando se trata de sembrar el despertar, la aspiración es la semilla más simple.

Porque es algo que hacemos continuamente.

Esto no requiere ningún esfuerzo en particular.

Es suficiente con realizar aspiraciones continuamente, de la misma manera que respiramos o que nuestro corazón late.

No se trata de un esfuerzo, sino simplemente de un ritmo, como un baile.

Los pulmones bailan del interior hacia el exterior. El corazón baila de arriba abajo.

De la misma manera, realizad aspiraciones día tras día.

Aspirad a despertaros y, de vez en cuando, mirad a vuestro alrededor para ver quién está todavía soñado y aspirad a que pueda despertar.

Su sueño es actualmente demasiado real, hasta el punto de que realmente no podemos forzarles a que despierten echándoles agua, incluso si quisiéramos, pero podemos realizar aspiraciones por ellos.

La mayoría de ellos están demasiado cautivados por su propio sueño de ser ellos mismos, tal y como son, tal y como los demás son, es tan real que, si decimos que se trata de un sueño, pensaran que nos molesta.

Como no estamos completamente despiertos nosotros tampoco, nos resulta difícil convencer a los demás.

En su lugar, realizamos aspiraciones.

Eso sí, aspirar no es una palabra o pensamiento vacío.

Esta sensación: “¡Oh, no son más que palabras o pensamientos vacíos!” son hábitos que se han estancado con el tiempo, cuando hemos tomado el camino más fácil para nosotros y hemos apartado la curiosidad diciendo que es un juego de niños.

Podemos hacer esto, por ejemplo, cuando alguien sigue su propio ritmo con entusiasmo, pero como no podemos comprenderlo, nos decimos que él o ella es una “máquina”.

O cuando alguien se toma las cosas de manera tranquila, decimos él o ella es como un “niño”.

Este tipo de hábito de no entender totalmente algo o a alguien y de etiquetarlo como una máquina u otra cosa, nos facilita las cosas, pero se nos puede pegar [a nuestra piel] y sembrar las semillas de un sueño más profundo del que no nos despertaremos.

Realizad por tanto aspiraciones tanto como inspiráis, inhalad, asimilad cada acto y cada pensamiento, los vuestros y los de los demás, que están en línea con el despertar, es decir, las virtudes y los méritos como la amabilidad.

Esto tiene una calidad que no está asociado al sueño, sino al despertar.

Asimilad esto, inspiradlo.

Esto es lo que es aspiración.

Ahora que vuestros pulmones están plenos de oxígeno de la virtud y que vuestro cuerpo humano, como un milagro, lo transforma en CO2, tenéis que espirarlo.

Espiradlo.

Regaladlo.

Dejadlo ir.

Tenéis que, por supuesto, dejarlo ir sin ninguna decisión previa, de la misma manera que lo hacen los pulmones.

Dedicadlo sin ninguna decisión religiosa ni política.

Esto es lo que significa la dedicación.

El mejor ejemplo es el de un niño que respira de manera más profunda que un adulto.

¡Eso es un karma bien controlado!

Así es que, amigos del Dharma, es esta víspera de Vesak, realizad, por favor, aspiraciones.

¡Y todos vuestros sueños despertarán!

Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa comparte la siguiente meditación la víspera de Vesak 2020.

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