Meditaciones para nuestros tiempos – 6

3 Nov 2023

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19 de abril 2023
En su última meditación para nuestros tiempos, Thayé Dorjé, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa, reflexiona sobre el coraje del personal de salud y de todos aquellos que se encuentran en primera línea o entre bastidores.

No hay cura (absoluta).

Decir esto en un contexto espiritual, puede parecer contradictorio con el propósito mismo de la práctica espiritual. Podemos preguntarnos: “¿por qué deberíamos entonces practicar? “.

El propósito de la práctica espiritual es en realidad una forma de darse cuenta, con certeza, de que el intento mismo de encontrar una cura absoluta es inútil. No hay modo de hacerlo. Al darse cuenta de ello, el paciente paradójicamente recuperará el valor. Además, podemos dar sentido al hecho de que, en un contexto espiritual, la búsqueda de remedios es solo un método eficaz. Es como decirle a un niño que no para de preguntar “¿llegamos pronto? ¡Sí, ya casi estamos!” Como si existiera una manera de curar la muerte.

Sin embargo, esta cosa a la que llamamos “remedio” no es nada más que eso.

No obstante, desde el punto de vista del paciente, ¿significa esto que deberíamos comenzar a ser estoicos y practicar el fatalismo?

La respuesta contundente es: “¡No! “.

La respuesta natural es: “No hay respuesta”.

Cuando consideramos los innumerables médicos, enfermeras, cuidadores, los sistemas que los apoyan, todo el sistema sanitario, en resumen, todos los que están en primera línea y aquellos que trabajan entre bastidores, somos testigos de su coraje y de sus actos desinteresados. Cuando les preguntamos por qué hacen lo que hacen, a pesar de que sus respuestas individuales pueden variar, encontramos que eventualmente convergen en una respuesta común: esencialmente, no lo saben a ciencia cierta. Y cuando vemos que continúan trabajando a pesar de todo, nuestros corazones se derriten y nos conmueven hasta las lágrimas.

Entonces, además del hecho de que la verdad básica de la práctica espiritual es mostrarnos que no hay cura, estos actos benévolos ofrecen una visión muy natural de la compasión. Las razones y la lógica de un remedio absoluto con el que hemos crecido en nuestras diferentes culturas no se aplican. Para ilustrar esto en un entorno ordinario, es como si una persona muda intentara balbucear un mensaje: incluso si este balbuceo tal vez no sea elocuente, si lo escuchamos atentamente, el mensaje puede ser escuchado y entendido.

La compasión es un término simple, pero puede ayudarnos a explicar la razón por la que nos conmueven cuando somos testigos de actos desinteresados de las personas en primera línea y entre bastidores. Estos médicos, hombres y mujeres, saben que se puede encontrar una cura para quienes sobreviven a esta pandemia, pero el patrón de la existencia humana es tal que, pronto nos enfrentaremos a otro desafío. También saben que, para las personas gravemente enfermas, sus esfuerzos y su coraje son en vano.

Aun así, el ritmo increíble de sus corazones continúa latiendo por una causa sin causa. Si su ejemplo no es razón suficiente para confiar en la práctica espiritual, especialmente para nosotros en tanto que budistas, no sé si existe alguna otra. Es tan evidente y tan claro. No es necesario ningún lenguaje para poder referirse a su coraje.

Entonces, queridos amigos de Dharma, practicad con buena voluntad, sin presión, para encontrar un remedio absoluto. Practicad simplemente como estos héroes.

Mejor que un remedio, cada momento que vivamos será un tributo a estos guerreros. Estos guerreros sin causa.

Entonces, cualquiera que sea la duración de nuestra vida, será una vida bien vivida.

Des méditations pour notre époque

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